La Librería Cientítica de Lima está regentada por Teófilo Luna Atayupanqui desde 1968. Este apasionado librero peruano llegó a tener una estrecha relación con editoriales soviéticas y abrió hasta cuatro puntos de venta de libros, desde los que abastecía a diferentes lugares de América Latina. Tras la caída de la URSS tuvo que reorganizar su negocio, aunque todavía mantiene un local en la capital peruana.
¿Cómo llegaron libros de matemáticas, física, química, mecánica, electrónica, entre otros, de prestigiosos autores rusos a tierras peruanas? Y más curioso aún, ¿cómo se mantienen vigentes en el mercado? La respuesta la tiene el Teófilo Luna Atayupanqui.
Era el año 1963. Un joven de 22 años proveniente de la provincia de Quispicanchis (a 45 km de la Ciudad de Cusco) llegaba a Lima con la ilusión de forjarse un futuro mejor. Los primeros años no fueron nada fáciles, pero su optimismo le permitió hacer frente a todas las adversidades que se le presentaron. Un buen día, un amigo le avisa que en el Instituto José Carlos Mariátegui, institución de carácter político, necesitaban un mecanógrafo, profesión que él había ejercido en su tierra natal. Se presentó y lo aceptaron, corría el año 1965. El instituto tenía una activa vida política e intelectual, por lo que a menudo se organizaban conferencias, charlas, seminarios, y al final de estos, la mayoría de las veces se vendían libros relacionados a los temas expuestos. Teófilo, que siempre andaba atento a todo lo que acontecía en aquel lugar, notó que los libros se vendían bastante bien. La oportunidad de poder hacer lo mismo se le presentó cuando el encargado de venderlos no apareció y él, que había tomado nota de los autores que más salida tenían, compró algunos de ellos y los ofreció al público. Para su grata sorpresa se vendieron todos.
La importación de libros la hizo a través de la empresa distribuidora Mezhdunarodnaya Kniga, que en un primer momento le enviaba libros de carácter político; posteriormente se amplió a libros de ciencias y tecnología, revistas semanales y mensuales y periódicos de la URSS. En un principio la tirada no era elevada, pero al hacerse conocido por el material que vendía se incrementó la demanda, llegando a importar en algunas ediciones 5.000 unidades, como fue el caso del libro de Cálculo Diferenciado Integral; y en otras alcanzando las 10.000 unidades, como fue con la revista Sputnik (selecciones de la prensa soviética).
En esta revista, en agradecimiento por las gestiones de divulgación del señor Teófilo, que vendía no sólo en el Perú, sino también en países como Ecuador y Bolivia, en la edición N°10 de octubre de 1981, escribieron la siguiente nota:
“Huesped de Sputnik: Invitado de la Redacción – por su activa distribución de la revista en el Perú- , estuvo en Moscú y Leningrado el gerente general de la Editorial Latinoamericana de Ciencias, Teófilo Luna. Al despedirse, Teófilo Luna A. agradeció a la Redacción el haber sido invitado a la Unión Soviética, señalando que el viaje fue excelente, algo inolvidable. Los encuentros fueron fructíferos”.
EL ARTICULO COMPLETO LO PUEDES LEER EN EL WEBSITE
http://es.rbth.com/articles/2012/05/05/la_libreria_rusa_de_lima_17052.html
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